Aguarda tan sólo un instante, no es tan tarde como para desvanecerte en frente de mí.
Intenta esta vez no herirme con caricias vacías, carentes de sensación, mi escudo se ha estropeado junto a mis ganas de luchar vehementemente para dejar de ver algo tan real como para doler, pero que sólo existe en mi mente.
Si te marchas, jura que tu regreso será de imprevisto, no vaya a ser que en momentos previos muera de ansiedad ante la agonía de tu espera, o en su lugar, quede atrapado en mi delirio, muy lejos de mi triste realidad.
Sabes que así como un violoncelo necesita ser apoyado para que de él notas armoniosas surjan, así mismo necesito yo de tu ausencia para que pensamientos cuerdos llenen mi soñadora e ilusionada mente, pero también sabes que prefiero vivir de una fantasía, a conformarme con las correas que atan mis manos y al blanco espacio que en mi universo se ha transformado.
En mis reflexiones haces que me pregunte: ¿Para qué tanta genialidad si no puedo alcanzar aquello que nunca antes me había imaginado? ¿Es acaso mejor estar cuerdo que ser un infeliz insano?
Si alguien en este mundo me entiende, seguramente también se encuentra confinado…
Sarasnake.