Palabras utilizadas: luna, vino, alcance

La tenue luz nocturna penetra en mí, iluminando suavemente mis recovecos y su profunda oscuridad. La luna magnifica se alza sin titubeos. Todo dentro de mí se excita ante lo que se aproxima. Su respiración es acelerada, su mirada muestra un inmenso terror que me calma casi de inmediato, los gritos contenidos se arremolinan en su garganta, su poco valiosa alma huye para evitar ser testigo de todo. El brillante acero, múltiples cuchillos y cierras manuales ansiosas, sedientas, preparadas para ejercer su función cuanto antes. Me coloco el pulcro delantal, los guantes y botas de goma, la mascarilla. Respiro profundo y tomo un cuchillo, su metálico frío se refleja en los ojos de este… hombre? este ser inmundo, lleno de malicia, innecesario para un mundo al que solo supo llevar desgracia y dolor. Tomo otra bocanada de aire, mis músculos se contraen suavemente, los angustiados latidos en mi pecho se calman expectantes mientras el repentino filo atraviesa sin temor y dominante la piel, la grasa, los músculos, los vasos y la sangre comienza a emerger poco a poco, una contracción atraviesa todo su cuerpo y un grito inexistente se traba en su pecho. La calma magnifica me invade serena, de a poco. Retiro el cuchillo suavemente, sintiendo todo el que el movimiento implica, la retirada momentánea. Y atraviesa de nuevo abriendo una nueva senda. La paz, la serenidad por fin me da alcance; por fin logro darle alcance a esta deseada sensación de gozo. Repito la operación una y otra vez hasta finalizar mi trabajo del todo, la justicia no siempre lo es pero por mi está bien, esto me calma, me llena… limpio todo al finalizar. Regreso libre a casa, las luces están apagadas como cada miércoles a esta hora, entro en la pequeña cocina, abro la nevera y tomo una copa de vino, siento como recorre mi garganta, como sangre regando el campo de batalla. Perfecto cierre para perfecto día.
r.asuaje