Intento desordenar mis ideas, borrarles todo rastro de humanidad. Trato de distraerme creando, borrando o simplemente escuchando. Duermo, y mientras lo hago, mis sueños obscurezco para así no poder comprender el mensaje que tratan de imprimir en mi. Lloro y río a la vez, salgo a divertirme pero en lugar de ello me oculto en cada rincón, fingiendo ser una sombra mas, viviendo en la penumbra, buscando un sitio seguro a donde poder escapar. Escucho las voces de quienes me rodean, hablan, ríen, me ven reír también, pero no saben que mi emoción se debe a que se ha escapado un breve recuerdo por la ventana de mis delirios.
Me encuentro en el borde de algo inaudito, perceptible por todos menos por mí. A la luz de la mañana nadie teme, solo a la oscuridad, porque en ella no sabemos qué habrá, pero es la oscuridad quien me arrastra hacia sí, y no causa temor en mí… Tan solo se trata de la oscuridad brillante de su mirada, ojos devastadores que intento evadir, acecha y alcanza cubrir cada parte de mí mientras yo no sé qué hacer o decir. Quizás esté mal, pero es solo lo que siento, no hay vuelta atrás, debo seguir corriendo… en círculos, porque en lugar de alejarme vuelvo a ti.
Mañana será otro día y el sol brillará, la tarde calurosa me dejará descansar, pero en la noche todo cambiará, todo aquello que considero imposible bien podría pasar… De nosotros dependerá, de tu creatividad y de mis ganas insaciables de dar todo aquello que necesito recibir en realidad. De nuevo amanecerá y mi día transcurrirá como siempre, con 24 horas totales de vigilia, ocio, arte abstracto y más. Siempre será así o quizás mañana todo pueda cambiar, mientras tanto no me puedo quejar…

Snakenight.