El caballete:

Escritura semanal de pequeñas historias por un grupo de personas con mucha imaginación y poco tiempo libre.


6° ronda: lágrima

Palabras utilizadas:
Lágrimas, mecanismo, predecir.

El estridor del despertador da inicio al día, sin la menor de las quejas nuestro personaje principal despierta y se pone en pie, el sueño queda adherido a la almohada; el agua fría del lavamanos recorre su rostro, dejando de lado cualquier rastro de pereza; se coloca una camiseta, un mono, zapatos deportivos y el cronometro en la muñeca derecha empieza a contar en cuanto sale a la calle y comienza a trotar, la respiración rítmica, los latidos matizando, el sudor recorriendo el rostro, retorna a casa luego de 45 minutos exactos, ni uno menos ni uno de mas, por mas que lo desee. El agua corre y elimina rastro alguno del ejercicio, 45 minutos: una ducha, lavado de dientes, vestirse y una taza de café. 15 minutos en el metro hasta el trabajo, saludos de menos de 5 segundos a quien pase por en frente sin aminorar el paso. El cumplimiento exacto de los puntos del día. Salir a las 6pm exactamente, ni antes ni luego, despedidas en menos de 5 segundos a quien pase por en frente sin aminorar el paso, 15 minutos en el metro de regreso. 45 minutos: una ducha, la pijama, y preparar la cena. 50 paginas del libro de turno. Toda una vida construida en base a un mecanismo por unidades de tiempo, en base a cantidades, un mecanismo a prueba de todo, un mecanismo que permite la Predicción inviolable del día a día, sin sorpresas permitidas, sin riesgos. El estridor del despertador da inicio al día 1 hora mas tarde, es fin de semana, sin la menor de las quejas nuestro personaje principal despierta y se pone en pie, el sueño queda adherido a la almohada; el agua fría del lavamanos recorre su rostro, dejando de lado cualquier rastro de pereza; se coloca una camiseta, un mono, zapatos deportivos y el cronometro en la muñeca derecha empieza a contar en cuanto sale a la calle y comienza a trotar, la respiración rítmica, los latidos matizando, el sudor recorriendo el rostro, retorna a casa luego de 45 minutos exactos, ni uno menos ni uno de mas, por mas que lo desee. El agua corre y elimina rastro alguno del ejercicio, 45 minutos: una ducha, lavado de dientes, vestirse y una taza de café. 10 minutos caminando hasta el mercado cercano, la misma cantidad de dinero del la semana anterior, mas un 10% para predecir inconvenientes. Un saludo al portero, un carrito de la primera columna, comenzando por el pasillo 1 (por supuesto). Se agacha para tomar algo del estante en el pasillo 3, su carrito se desplaza levemente haciéndole perder el equilibrio. “lo siento mucho – dice una voz – golpee tu carro sin darme cuenta. ¿te encuentras bien?” se levante y mira a su interlocutor, una mirada llena su alma, una mirada le atraviesa y le desnuda de una vez, impredecible, al tiempo que una sensación extraña le recorre el rostro, juega con el y dibuja a sus anchas una correspondida sonrisa; un ruidoso CRASH resuena en su interior. Los engranajes se han atascados, los tornillos se han roto, los resortes saltaron desbaratados, la mecánica predicción de la vida llego a su fin, una lagrima recorre la mejilla de nuestro personaje principal, oxidándolo del todo, inundando de dicha el alma. La vida, su vida, finalmente ha comenzado…

Escrito por: Rebeca


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