El caballete:

Escritura semanal de pequeñas historias por un grupo de personas con mucha imaginación y poco tiempo libre.


15º RONDA DE CUENTOS: Despertares


Un gallo electrónico me hace despertar, la luz aun no penetra mi habitación. Me alisto para otro día, nuevo y familiar recorrido. Camino sin prisa por estas calles, observo a quienes ya no lo hacen, bien por voluntad bien por olvido o descuido. Tomo el bus junto a susurrantes fantasmas, un latido comunal invade el aire, un latido automático simulador de vida. No puedo juzgar mucho su vida carentes de todo, yo fui uno de ellos, ignore mis fantasmas por mucho tiempo antes de tropezar y desear incluso la muerte; mi despertar fue doloroso, descubrir que era totalmente incapaz de sostenerme la mirada, la desilusión arrolladora de lo que era. Sin embargo, es lo mejor que me pudo suceder, sin embargo, seria peor volver a lo de antes, mis fantasmas siguen aquí solo que ahora son aliados que acuden cuando menos los espero, cuando mas los necesito. Como quisiera que ellos también despertaran y dejaran de lado su natal ceguera, que dejaran de lado la comodidad que abrazan actuando como ciegos cambiándola por la inesperada sorpresa de la vida. Subo el volumen, para eliminar los susurros externos. El bus sigue andando, sin inconveniente alguno… como siempre…
2 cuadras mas adelante me bajo, caminare un poco, es un buen día para eso... abro mi paraguas y sigo andando.
Alguien me tropieza mientras corre en dirección contraria, no le hago caso, será un cuerdo suelto supongo; 3 metros después pasan 2 mas y luego unos 5, 5 metros después, una magnifica y aterradora confusión atraviesa sus rostros. Finalmente me decido a detener a uno de ellos “¿Qué sucede?” pregunto, pero solo logro arrancar una mirada de alivio, de sorpresa, como si por primera vez fuese capaz de mirar, de ver.
Apresuro el paso y al llegar a la plaza central el espectáculo ahí desplegado me conmueve, todos miran a su alrededor, ven a quienes tienen a su lado y sonríen, un pareja en medio de todo se besa, amigos reencontrados se abrazan, otros huyen aterrados al verse, desorientados ante lo ocurrido. La lluvia sigue cayendo.
Finalmente estos fantasmas han despertado de su ceguera colectiva, no se que artilugio o peripecia han sido responsables. Suelto una carcajada y continuo mi camino, este es un gran día.
r.asuaje

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